viernes, 17 de julio de 2009

¡El lenguaje crea "realidad"!

Desde el Coaching Ontológico decimos que el lenguaje "crea realidad". Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje se refiere a que "el lenguaje no sólo nos permite hablar sobre las cosas: el lenguaje hace que sucedan cosas".
Y partiendo de esta premisa, quisiera recordar con ustedes uno de los tantos ejemplo de como se puede cambiar la realidad por medio del lenguaje...

El 30 de octubre de 1938 un actor hasta ese entonces semi desconocido, Orson Welles, con su dramatización de 'La guerra de los mundos', además de provocar el pánico de miles de personas, cambio para siempre la historia de la radio. Ese día era la víspera de Halloween cuando alrededor de las ocho de la mañana, millones de personas conectaron sus radios con un programa de teatro. En el estudio del Teatro Mercur, Welles había previsto emitir por radio la adaptación teatral del clásico de H. G. Wells, 'La Guerra de los mundos' aunque hizo un importante cambio, la obra se interpretó simulando una emisión de un boletín informativo sobre la invasión de los marcianos, una técnica que, supuestamente, iba a dar mucho más dramatismo a la obra.
Sólo al comienzo de la emisión , Welles advirtió a sus oyentes de que lo que iban a escuchar a continuación era ficción. La actuación de la orquesta Ramón Raquello fue súbitamente interrumpida por el primero de toda una serie de preocupantes 'boletines informativos': "Noticia de última hora". A las ocho menos veinte de esta mañana, el profesor Farrel del Observatorio Mount Jennings, en Chicago, ha reportado la observación de varias explosiones de gas incandescentes a intervalos regulares en el planeta Marte, decía el primero de ellos. En cuestión de minutos, los marcianos 'llegaron" a la Tierra, concretamente a la localidad de Grovers Mill, en el estado de New Jersey, que fue elegida por Orson Welles y el otro guionista del programa, Howard Koch, con un método muy poco científico: apuntando sin mirar con un bolígrafo a un mapa. En pocos minutos comenzo a cundir el pánico entre la población, y el miedo se propagó con mayor intensidad según los 'boletines' de la radio se iban anunciando. La gente comenzó a salir a la calle, presa del pánico. Miles de personas colapsaron los teléfonos de la policía, y fueron centenares los que corrieron a buscar armas y esconderse en sótanos y túneles.
El caos fue tal que llegó a la portada del New York Times y a la gran mayoría de los medios al día siguiente.

Pero ¿cómo fue posible que la gente no se diera cuenta de que se trataba de un programa de ficción? Welles advirtió a los oyentes de que se trataba de una farsa al principio del programa, pero no volvió a hacerlo hasta 40 minutos después.
Los expertos creen que gran parte de los oyentes no escuchó el comienzo de la función, y para cuando llegó la nueva explicación de Welles, muchos habían caído ya presas del pánico. Para contribuir más a que la audiencia se creyeran la historia, Welles y Koch decidieron trasladar los escenarios de 'La Guerra de los mundos' original hasta Estados Unidos en lugar de Londres, lo que dio sensación de cercanía y credibilidad a la historia. En esa ápoca, el año 1938, la televisión era poco más que un experimento en algunas ciudades estadounidenses, mientras que la radio era el medio de comunicación de masas más utilizado. Tres de cada cuatro familias tenían una estación de radio en casa, Welles y el resto de actores del programa, ajenos al caos que estaban desatando, acabaron su dramatización diciéndoles a los oyentes que todo era una broma. "Damas y caballeros, les aseguro que 'La guerra de los mundos' no tenía otra intención que entretenerles en la víspera del día de Halloween. Es nuestra particular manera de salir de detrás de un arbusto y decir 'boo'", terminó el prometedor actor la narración.
Tras el pánico, las autoridades reaccionaron enfurecidas, aunque en realidad la cadena de radio que emitió el programa no había vulnerado ninguna ley.
A pesar de ello, la policía hizo una visita a la emisora y se incautó de todo el material empleado en la obra. Todo, menos una copia del guión que se llevó a casa Koch, y que 50 años después adquirió Steven Spielberg, para dirigir la nueva adaptación del clásico LA GUERRA DE LOS MUNDOS.


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