lunes, 11 de mayo de 2009

Creencias Limitantes

Retomando el tema de las creencias, entendiendo de que manera impactan en nuestra vida y sabiendo que desde tiempos inmemoriales hemos convivido con ellas, quisiera compartir con ustedes un poco de historia.
Desde el año 45 A.C. hasta el año 1581 la forma de calcular los días, meses y años era por medio del calendario Juliano, instituido por Julio César. El Papa Gregorio XIII le pidió a una comisión formada por Jesuitas que estudiaran los problemas que venían teniendo con ese calendario y a partir de octubre de 1582 fue instituido el calendario Gregoriano en honor al Papa Gregorio.

La comisión liderada por el Jesuita Clavius, publico su análisis matemático definitivo y las correspondientes pruebas en un documento de 800 páginas para sustentar el nuevo calendario.
Como podemos observar, las viejas creencias no son fáciles de abandonar. Transcurrieron casi 200 años antes que la Gran Bretaña adoptara el calendario Gregoriano (1752), Rusia en cambio lo adoptó en 1918, una década después de que la confusión de fechas hizo que sus atletas llegaran con más de 12 días de retraso a las olimpíadas de 1908.
¿Parece increíble, no?. Lo importante es recordar que las creencias son solamente ideas y que todas las ideas pueden cambiarse, de esa manera nuestras creencias limitantes pueden ser reemplazadas por nuevas creencias habilitadoras.
¿Cuándo decimos que una creencia es buena y cuándo no? Ante todo entender que las creencias no son buenas ni malas, sino limitantes o habilitadoras. Cuando alguien cree que puede hacer algo, lo hace, mientras que si está convencido de que no es posible, no importa lo que se le diga, no se lo podrá convencer de lo contrario.
Eleanor Roosevelt dijo: “Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no se lo permites“.
¿Cómo identifico una creencia limitante? Antes todo hay que ser consciente de que tenemos esas creencias, para lo cual hay que reconocerlas y expresarlas.
Una pregunta que puede ser de gran ayuda a la hora de identificar las creencias que nos limitan en el logro de un objetivo específico es: “¿Qué te impide alcanzar tu objetivo?” Si no eres capaz de identificar ninguna creencia limitante tal vez no hayas pensado suficientemente en el objetivo.
La buena noticia es que las creencias cambian continuamente y, por lo tanto, las experiencias cambian como resultado de estas.
El coaching ontológico como disciplina asiste a las personas, equipos y organizaciones a poder reconocer y trascender esas creencias limitantes. Te propongo que busques aquellos objetivos que no hayas podido alcanzar hasta ahora e identifica que es lo que te impide conseguirlos (el trabajo que deseas, la mujer con la que compartir tu tiempo, una buena relación, etc) y reconoce cuales son las creencias que consideras te impiden lograr esos resultados.
Muy pronto comenzarás a notar que, con confianza en ti mismo, tomarás las acciones necesarias que te llevarán a crear el tipo de vida que deseas y mereces.

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