martes, 10 de mayo de 2011

Diseña tu Futuro

A medida que cada uno de nosotros tomamos conciencia de todos los procesos que nuestra mente expresa durante el día, estamos en condiciones de evitar la “reacción” automática y ejercer la “acción” voluntaria y conciente.

La diferencia entre “reaccionar” o “accionar” está en que, mientras reaccionar depende de un agente exterior que provoca una respuesta emocional muchas veces inevitable y ajena, el accionar, por el contrario, actúa desde la independencia y la conciencia, desarrollándose en coherencia con los valores de nuestra vida.

A medida que el ser humano incrementa su nivel de conciencia, desarrolla la capacidad de imaginar su vida y, en consecuencia, reinventarse a sí mismo. Si en este mismo momento, alguien le preguntara que es lo que quiere usted de la vida, tal vez se sorprendería de la cantidad de titubeos y generalizaciones que su mente haría. Es muy posible que nos de miedo concretar lo que queremos de la vida y, tal vez, la causa de esa resistencia este en el hecho de vivir en “la caja” que nuestros hábitos mentales conforman. La mente, al igual que un barco, necesita objetivos y metas para navegar. Si no nos decidimos a diseñar y crear ese guión para nuestra vida, serán las olas, las que guiaran nuestra nave al devenir de vientos y tormentas. Para navegar la vida, es conveniente que pongamos rumbo y dirección.

Imagine como sería un día completo de su vida, una vez pasados cinco años. Imagine todo lo que sea usted capaz de crear con su mente ilimitada. No se deje sabotear por sus creencias limitadoras y ponga su visión bien alta. Construya su sueño minuciosamente y con todos los detalles de que sea capaz, donde vive, como es su casa, con quien vive, que decide hacer al levantarse, que piensa, de que habla, con quien se encuentra, en que trabaja, que es lo que más le importa de la vida, que cualidad ha desarrollado en mayor medida, que información selecciona, como cuida su cuerpo, como se alimenta, que amigos tiene, como es su trabajo y con quién trabaja, que le importa, que aficiones tiene, cuánto dinero gana, cual es su mayor éxito, como se gratifica, a quien ama, como expresa sus sentimientos, a quién beneficia, en que es usted más útil, qué proyectos tiene, cual es su contribución a la sociedad, que desarrollo ha alcanzado en su mente, que grado de consciencia expresa, que pasa en sus sueños mientras duerme...

Un proceso creador que, al igual que un guión cinematográfico, conviene realizar por escrito, liberándose de los sabotajes limitadores que la mente racional tienda a elaborar. Un programa por el cual, permitirse todas las utopías que inteligentemente se puedan conformar en la trama de ese futuro día. Si pasado el tiempo, observa que aquello que diseño como futuro, hoy es una realidad, sentirá que un día, hace unos años, usted hizo Magia.

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