Sábado 16 y domingo 17 de septiembre, tercer encuentro de
Formación de Coaches Profesionales en Quito, Ecuador. Un lugar maravilloso, mágico, que no deja de sorprenderme.
En esta ciudad fui testigo de un proceso de transformación,
que no tiene tanto que ver con las sorpresas que este país, ubicado en la mitad
del mundo, nos depara.
En esta ocasión fui testigo de un como un grupo de seres
humanos extraordinarios, en un intenso, emocionante y nutrido recorrido por
distintas experiencias, nos permitió ir de a poco, experimentando una vivencia
que me resulta muy difícil explicar en palabras.
María del Carmen nos amplió la mirada, nos ayudó a soltar
viejas creencias, para que de esa manera, más livianos, podamos abrir nuevos
espacios de aprendizaje.
Naty, de una manera clara, nos permitió dar un nuevo sentido
a la escucha. Dejándonos como regalo una melodía que nos acompañará a cada
momento, cada día, en cada lugar.
Mafe, con su espontaneidad y de una manera creativa,
nos enfrento a cada uno con nosotros mismos y posibilitó, que nos veamos reflejados en
aquellos en quienes queremos ser.
Paulina, nos llevó y contagió su entusiasmo por un
torbellino de estados emocionales, que nos hizo sentir sensaciones poco conocidas
por cada uno de nosotros.
Comenzamos al otro día con un sol radiante y con la sonrisa
de Edith que nos permitió realizar un viaje maravilloso al mundo de los
pedidos, las ofertas y promesas. Comenzar un día de esta manera. ¿Qué más se puede
pedir?
Maria abrió una puerta, para ella misma y para cada uno de
nosotros, un nuevo espacio para relacionarnos con el poder, con un poder que
todos y cada uno de nosotros tenemos y que ella tan cuidadosamente nos supo
mostrar.
Fernando simplemente nos asombró. Nos dejó con los ojos
abiertos y sorprendidos. Rompió nuestra transparencia y disolvió cualquier duda
respecto a que el cambio es posible.
Y la experiencia que katy nos brindó, fue el corolario ideal
de todo lo recorrido en estos días, su entrega total y humana nos dejó, impresa
e imborrable una huella en la vida de cada uno de nosotros.
A todos y cada uno de los que hicieron posible esta
experiencia, GRACIAS, desde lo más profundo de mi corazón.
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