jueves, 6 de agosto de 2009

¡No te rindas!

Una vez más quiero agradecer los mails que me envía una entrañable Amiga, Irina, desde la hermosa Ciudad de Bogotá, Colombia. Los cuales llegan en el preciso momento en que los estoy necesitando, cuando una idea anda rondándome y termina naciendo, tomando forma a partir de un mensaje, una cita, un poema o simplemente un deseo.
¿En cuántas oportunidades sentimos que nos rendimos frente a la adversidad?, siempre existen buenas justificaciones, que nos permite mitigar el dolor que sentimos, al fallar a otros y al fallarnos a nosotros mismos. El ceder, el bajar los brazos, el rendirnos fácilmente, se va haciendo, aunque no lo reconozcamos, parte de nuestro diario vivir. Aprendemos a convivir con él y a soportarlo, sin darnos cuenta que existe una palabra que nos permite salir de esta incómoda situación "compromiso". El compromiso que posibilita confiar en nosotros mismo, el compromiso que nos permite relacionarnos intencionalmente con la transformación y el futuro.(continúa...)

En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes, amigos lectores, uno de los tantos maravillosos versos del escritor Uruguayo, Mario Benedetti.
"No te rindas"
No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo duerma,
aunque el sol se esconda, y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino, y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos.

Desplegar las alas, e intentar de nuevo
celebrar la vida y retomar los cielos.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque está es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola, porque yo te quiero.

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