martes, 29 de septiembre de 2009

Liderar Organizaciones Vivas.

Quiero compartir con ustedes amigos lectores, este articulo leído en Intermanagers de México, donde Peter Senge (*) hace una analogía entre un jardinero y un líder, y aunque esto pueda resultarnos poco comparable, podrán observar que ambos poseen características afines.
Los jardineros saben muy bien que una semilla tiene las capacidades para crecer, pero aún así el crecimiento no depende solamente de ello. Es fundamental la interacción entre la semilla y su entorno, o dicho con mayor precisión, del proceso de crecimiento que entre ambos generan.

¿Se imagina a un jardinero arrodillado en el suelo, gritando a las semillas ¡crezcan!? Una imagen simple pero poderosa. Los jardineros saben que una semilla tiene el potencial para crecer, pero también que el crecimiento no depende exclusivamente de ello. Depende de la interacción entre la semilla y el entorno, o más precisamente, del proceso de crecimiento que entre ambos generan. La semilla envía señales de entorno, y atrae agua y nutrientes. Su sistema comienza a desarrollarse, se extiende y atrae más agua y nutrientes. Ese es el primer principio del liderazgo: comprender los procesos de auto fortalecimiento del crecimiento. Si no funcionan, el cambio no generará energía, la absorberá.
Pero estos procesos de crecimiento no pueden progresar si no existen condiciones favorables. Por eso, la gestión del jardinero -o del líder- debe enfocarse a un segundo conjunto de fuerzas: las condiciones limitativas que podrían impedir que funcionaran los procesos de crecimiento. En la naturaleza, todo crece gracias al “interjuego” de procesos fortalecedores que impulsan el crecimiento, y de procesos limitativos que lo restringen. De allí que todas las estrategias de liderazgo para ser efectivas siempre impliquen nutrir los procesos de crecimiento y mitigar los efectos de los procesos limitativos. Los verdaderos líderes reconocen intuitivamente ese “interjuego” y aprende a trabajar con él. No impulsan el cambio, participan en los procesos de crecimiento y suavizan sus limitaciones.

Ahora bien: ¿cuáles son los procesos que promueven el cambio significativo?

Podemos identificar tres procesos de crecimiento que se fortalecen entre sí. El primer proceso fortalecedor del crecimiento se ve alimentado por mejores resultados del negocio, es decir, mejoras que constituyen pruebas tangibles de los beneficios de la nueva práctica. No obstante, hay que tener en cuenta que las mejoras tangibles pueden tardar seis, doce o veinticuatro meses en aparecer. El segundo proceso se centra en los resultados personales: la gente se compromete más si el cambio los involucra personalmente.

La gente valora los ambientes laborales en los cuales se siente segura, donde comparte una visión, y en el que los temas difíciles se manejan en forma abierta y no en conversaciones secretas. Finalmente, las personas se sienten muy influidas por sus pares, por lo que hacen sus colegas en otros equipos de trabajo. Esa es la base del tercer proceso, las comunidades de práctica transversales que, informalmente, por fuera de la jerarquía, han servido como canales primarios a través de los cuales se difunden las nuevas ideas en las organizaciones.

Las limitaciones
No parece complejo aprovechar los procesos fortalecedores, pero ¿cómo sortear las limitaciones? Algunas pistas:

La flexibilidad: si no se tiene la flexibilidad suficiente para invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para desarrollar nuevas capacidades, el cambio no sucederá.
El ejemplo: si quieren alcanzar el éxito, los líderes deben pregonar con el ejemplo. No sirve tener ideas brillantes o innovadoras si no se dedica a la gente el tiempo y el apoyo que necesitan para continuarlas.
El miedo y la ansiedad: los líderes deben estar preparados para los desafíos y también para los desafíos que surgen una vez que se pone en marcha el proceso de cambio.
La polarización: los líderes deben estar preparados para enfrentar la división entre creyentes y no creyentes que suele reflejar la reacción de la gente frente al cambio.
La medición: los líderes tienen que manejar las mediciones de desempeño establecidas aunque no resulten del todo apropiadas para sus esfuerzos.
La fragmentación y la reticencia: tendrán que lidiar con estos efectos de las fronteras rígidas (problemas de difusión) y las estructuras de poder (gobernabilidad, estrategia y propósito).
La clave para identificar las fuerzas que pueden limitar el cambio es la disposición para observar profundamente la realidad. A menudo, este es el punto ciego de los innovadores apasionados, jardineros que creen tanto en sus semillas que olvidan cuáles son las condiciones necesarias del crecimiento.

* Peter Senge. Profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y fundador y director de la Society for organizational learning (SOL), una entidad que se dedica a investigar e integrar teorías y prácticas para el desarrollo de las personas y sus instituciones. Ha vendido más de un millón de copias de sus libros, incluyendo el best-seller de La Quinta Disciplina en la Práctica y las Organizaciones que Aprenden.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Renovación y cambio

Cuando asisto a organizaciones a desarrollar programas de coaching, escucho muy frecuentemente a los gerentes quejarse de sus subordinados con frases semejantes a estas:
- “No son todo lo productivo que debieran”
- “El problema se debe a sus malos hábitos”
- “Si no se opusieran al cambio…”
Sin embargo, si pudieran escuchar a las personas a la cuales lideran, descubrirían que la gente a la cual ellos critican se consideran a sí mismos abiertos, quieren desarrollarse profesionalmente, crecer y ser mejores personas y profesionales.
Lo que vemos es que ambos, críticos y criticados, forman parte de un gran sistema, un sistema que busca constantemente equilibrio y conservación. Sistemas que muchas veces se encuentran en caos y para mejorarlo se invierte muchísimo dinero en programas denominados “de cambio”, “de mejora continua”, de cambios paradigmáticos”, etc. Olvidándose primordialmente de entender ¿qué es aquello que el sistema que pretenden cambiar está conservando?

Humberto Maturana, biólogo Chileno, enunciaba “La historia es un proceso de transformación para la conservación” Lo que podemos resumir es que los errores en la mayor parte de las estrategias de liderazgo, reside en atacar ciegamente los procesos de equilibrio, en lugar de entender aquello que conservan y a partir de ahí transformarlo.

"Las grandes renovaciones nunca vienen de arriba, sino siempre de abajo, al igual que lo árboles nunca crecen desde el cielo hacia abajo, sino desde la tierra, a pesar de que su semilla cayó un día de arriba". Carl G. Jung

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ataques mortales

Las abejas, cuando temen una situación de riesgo, usan su aguijón contra su enemigo para inyectarle una gota de veneno. Sólo pican las abejas obreras y sólo lo hacen una vez en su vida, ya que pierden el aguijón y quedan heridas de muerte. Por eso pican en situaciones límite y más como defensa que como ataque.

El ser humano como todo animal, cuando se siente en peligro, ataca, pero ¿qué ocurriría si en las muchas oportunidades que nos sentimos atacados verbalmente, agredidos en nuestras creencias, al igual que las abejas nos fuera en ello la vida?

Tal vez seríamos más cuidadosos a quien y porque atacar. Y no me refiero a defendernos en situaciones en las cuales está en riesgo nuestra vida, sino a situaciones diarias, cotidianas, por las cuales con una palabra, o un gesto herimos a otra persona. No sigamos inoculando veneno en nuestras relaciones, ya que puede llegar el día en que, al igual que las abejas, nadie se nos acerque por miedo a ser picado.

martes, 22 de septiembre de 2009

El Cristal con que miramos

Existe un viejo refrán que dice “Nada es verdad ni mentira, las cosas tan solo son del color del cristal con que se miran”
Y mucho tiene de valido, ya que así como una enfermedad puede significar para algunos una incomodidad y el no poder estar disponible laboralmente, para otros es una oportunidad de descanso y reflexión.
Es así como vemos que un accidente inesperado, la pérdida de un trabajo, un proyecto que no avanza, una pareja disuelta, una noticia que cambia los planes… no significa nada en sí mismas.

En realidad podemos decir que estos hechos no tienen peso emocional, recién alcanzan su significado cuando cada uno de nosotros le da su propia interpretación, contándonos una historia de aquello que nos sucedió y gatillándonos de manera asociada a la historia, una emoción.

Tenemos la maravillosa oportunidad de ejercitar interpretaciones que nos abran posibilidades y si en algún momento nos descubrimos interpretando de una manera que nos genere frustraciones o desasosiego, entones respiremos profundo, cambiemos la mirada y abramos un espacio para que otra interpretación más amplia de los hechos, aparezca.

Todos nacemos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte. Si queremos vivir de una manera plena, tal vez sea tiempo de aprender a elaborar interpretaciones más amplias y positivas de lo que, simplemente, nos sucede en nuestra vida.

martes, 15 de septiembre de 2009

Guatemala - Service Summit 2009

Desde el día 10 al 12 de septiembre, tuve la grata experiencia de participar como conferencista en el Service Summit que se desarrollo en Guatemala. Bajo el título de "Hacia la Zona D" Supervisión y liderazgo para mandos medios, compartí con un nutrido grupo de participantes el taller/Seminario basado en el libro homónimo de mi autoría y de la de Sergio Rodsevich.

Quiero destacar la amplia convocatoria y gran participación de las personas que asistieron al Summit y el gran interés que existe por mejorar las prácticas diarias en la industria de los centros de contacto. Agradezco una vez más, a las numerosas empresas y organizaciones que se acercaron durante mi estadía en Guatemala, interesados en seguir desarrollando esta disciplina que ayuda a mejorar no solo los resultados en las organizaciones, sino también las relaciones interpersonales que llevan indefectiblemente a mejorar la calidad de vida de las personas en su ámbito laboral y personal.
Me llevo como compromiso el retornar pronto a este maravilloso País que supo, con la calidez y simpatía de su gente, asegurarse un lugar en mi corazón.
Mi eterno agradecimiento a la hermana Guatemala.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Paciencia Divino Tesoro

La enciclopedia se refiere a la paciencia como la actitud que lleva a algunos humanos a poder soportar cualquier contratiempo y dificultad.
Pero la paciencia no es permanecer pasivo ante el sufrimiento, no significa no reaccionar ante la injusticia ni tampoco aguantar hasta no dar más.
Paciencia es tener el suficiente dominio para aceptar con serenidad el dolor y las innumerables pruebas que la vida día a día nos pone a nuestra disposición para el continuo aprendizaje y crecimiento.
En este rápido mundo en el cual nos toca estar viviendo, donde la velocidad está presente en cada una situaciones de nuestra vida, donde la prisa es un denominador común que hace que corramos para ir de vacaciones, que nos apuremos para finalizar los estudios, que nos atiendan rápido en el restaurante, sintiendo que corremos tras el tiempo sabiendo de antemano que esa carrera nunca la vamos a ganar (continúa...).


La prisa, los apurones, nos impiden disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin sobresaltos, sin prisas. La paciencia nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos.
La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan ya que piensan que a las cosas que no dependen estrictamente de uno hay que darles tiempo.
Paciencia también con quienes estamos siendo y con quienes nos relacionamos, desarrollar la paciencia para convivir con las personas con las cuales tratamos, entendiendo que no siempre se comportan como nosotros quisiéramos y comprender que a veces ellas mismas están luchando con empeño por superarlos, mal carácter, faltas de educación, suspicacias, engaños, egoísmo, que sobre todo, cuando se repiten con frecuencia, podrían hacernos romper la convivencia o hacer ineficaz nuestro interés en ayudarlos.
El discernimiento y la reflexión nos ayudan a ser pacientes, teniendo la posibilidad de enseñar cuando sea el momento más indicado y oportuno. Esperar un tiempo, sonreír, dar una buena contestación ante una impertinencia puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón de esas personas.
Amigos lectores, quiero dejarles un regalo, un regalo de la naturaleza que tanto tiene para enseñarnos, aunque muchas veces no tengamos tiempo para escucharla.
Aprende del Bambú Japonés

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra, no se para impaciente frente a la semilla sembrada, llenándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por Favor, crece!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en No Apto para Impacientes: Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla aparentemente durante los primeros siete años. A tal punto que, un cultivador inexperto, estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas... la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

En la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que se mantienen en forma perseverante y coherente (no los tercos e ilusos) y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que en tanto no bajemos los brazos ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, está
sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un tiempo... Como nos cuestan las esperas!
Que poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos... Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... Nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés... ¿Para qué?
Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquella toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Despejar tu Cielo

Dejando de lado que se trata de un spot publicitario, me pareció una excelente metáfora para preguntarnos quien esta nublando nuestro cielo y como cada uno de nosotros podemos hacer algo para despejarlo.
Preocupaciones, enojos, malos entendidos, crisis de turno, inconformismos, etc. hacen que por momentos no veamos el sol, no podamos observar con nitidez el mundo que nos rodea y que las decisiones que tomemos se encuentren empañadas y afectadas por la escases de luz.
La luz que nos permite distinguir, la luz que hace que desaparezca lo tenebroso que oculta la sombra.
¿Como sería que cada día elijamos el clima que queremos tener? y no me refiero a lo que la madre naturaleza dispone cada día, sino a si decidimos tener un cielo despejado, libre de nubes y pleno de claridad.

Así como los jóvenes de esta publicidad, te propongo levantar la vista al cielo y disponerte a cambiar tu entorno gris y monótono, y en el camino seguramente irás inspirando a otra gente a revalorizar aquello que hace que nuestra vida sea totalmente disfrutable.
Compartir, valorizar, reconocer pueden ser los pasos que haga que en el día de hoy, en este preciso instante, levantes la vista al cielo y descubras que si lo buscas, "el sol, siempre está" aunque en este momento, el cielo se encuentre meteorológicamente nublado.

martes, 1 de septiembre de 2009

Desde los Afectos

Recibo un mail de un Amigo, de aquellos Amigos con los cuales no hace falta compartir un café, con los cuales no nos vemos a diario ni tampoco están presentes en nuestro cumpleaños. Pero es así como Luis Lucca me demuestra su amistad, recordándome lo importante que es la amistad, el reconocimiento, el ayudar, el estar presente, el sentirnos vivos.
Gracias Luis por recordarme "desde los afectos" con estas palabras del Maestro Mario Benedetti (continúa...).

Desde los Afectos
¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno tiene que buscarlo y dárselo...
Que nadie establece normas, salvo la vida...
Que la vida sin ciertas normas pierde formas...
Que la forma no se pierde con abrirnos...
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente...
Que no está prohibido amar...
Que también se puede odiar...
Que la agresión porque sí, hiere mucho...
Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos, nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso...
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida...
Que la vida parte del sexo...
Que el por qué de los niños, tiene su por qué...
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad...
Que saber todo de todos, es curiosidad malsana...
Que nunca está de más agradecer...
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo...
Que nadie quiere estar solo...
Que para no estar solo hay que dar...
Que para dar, debemos recibir antes...
Que para que nos den también hay que saber pedir...
Que saber pedir no es regalarse...
Que regalarse en definitiva no es quererse...
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos...
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo...
Que ayudar es poder alentar y apoyar...
Que adular no es apoyar...
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara...
Que las cosas cara a cara son honestas...
Que nadie es honesto porque no robe...
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo...
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte...
Que se puede estar muerto en vida...
Que se siente con el cuerpo y la mente...
Que con los oídos se escucha...
Que cuesta ser sensible y no herirse...
Que herirse no es desangrarse...
Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?